Tiempos y destiempos: relatos breves para no llegar tarde

       El paso del tiempo abrasa la fuerza de la hiperbrevedad.  La llama de la elipsis, el juego semántico y el develamiento del cajón de intertextualidades conjugan el entrecruzamiento temático. Brota su tinta en el tránsito de lo perdido o nunca imaginado.  La fuerza narrativa tiene puesta la mirada de la fragilidad del vivir. ¿Cuántas veces jugamos con el reloj de arena? ¿En cuántas ocasiones soñamos con robar tiempo al tiempo?
       La caducidad o el arrimo de los heraldos nos toca a la puerta y nos derrama sus hilos conductores:  "Un reloj de cuatro estaciones era lo único que pedía tener. Cuando volvió a mirar a sus paredes, el tiempo se había terminado" ("Amortajada"). Vázquez nos obliga a mirar cada una de nuestras estaciones y a sacudir el suelo derrumbado por el tiempo/destiempo.
 
                                                               Mayra R. Encarnación 
68 págs.